
No hay Pascua sin pueblo y sin respuestas a sus demandas.
Una Pascua más humana sin evadir la realidad. Una Pascua más humana en la que las posibilidades se multiplican
Una Pascua más humana sin evadir la realidad. Una Pascua más humana en la que las posibilidades se multiplican
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
Bendecir es aprender a vivir desde una actitud básica de amor a la vida y a las personas. El que bendice vacía su corazón de otras actitudes poco sanas como la agresividad, el miedo, la hostilidad o la indiferencia.
La verdad de Dios genera en nosotros un estilo de vida nuevo, enfrentado al estilo de vida que brota de la mentira y el egoísmo.
El misterio de Dios consiste, pues, en dar y también en recibir amor. En Dios, dejarse amar no es menos que amar. ¡Recibir amor es también divino!
No somos fieles a Jesús; si vivimos de espaldas a los hambrientos, a nuestras comidas eucarísticas les falta su sensibilidad y su horizonte, les falta su compasión.