
Una iniciativa educativa para democratizar los saberes, en equidad e igualdad, en favor del pueblo.
Una Pascua más humana sin evadir la realidad. Una Pascua más humana en la que las posibilidades se multiplican
General - Pastoral Social16/04/2023
Lic. Diego Ramos
Felices Pascuas! será la expresión de deseo que ofreceremos y también recibiremos, no solo por parte de las personas más cercanas, sino que se sumaran a través de diferentes medios los distintos referentes empresariales, sociales, políticos y también religiosos. Es una expresión que en si misma encierra celebración y esperanza, se trata del compromiso de humanización y dignidad.
Felices Pascuas, evoca al carpintero que venía de Nazaret, de ese pueblo tan pequeño que el nombre de la aldea no figura en ningún otro documento fuera de la Biblia, una aldea que no superaba los 600 habitantes, cuyas casas eran todas de adobe. Sin ánimo de romantizar su vida cotidiana empobrecida por el imperio romano, sumamos un dato más: los estudiosos para aproximarse a la fecha de investigación, suelen buscar objetos como la moneda que les proporcione dicha información, curiosamente en la aldea no se halló una sola de ellas. Sus habitantes debían salir de la aldea, arremangarse y trabajar para ganarse el pan.
Cuando Roma conquistó la región de Galilea, su política de imponer impuestos eran tan fuertes al punto que la gente iba perdiendo sus tierras. El paradigma de la conquista y la concepción negativa del poder como sinónimo de dominación era el escenario por donde caminaba el nazareno y donde debía proponer y construir un nuevo concepto de poder más positivo, más democrático. El carpintero se encontraba mezclado entre la gente, compartiendo las desesperanzas y las esperanzas, hablando en las sinagogas, seguramente de las realidades comunes como la de los crucificados por la falta de empleo, de los que no llegaban al mes o no podían poner el pan en sus mesas. Una Pascua más humana sin evadir la realidad.
De este compartir fueron naciendo las parábolas, no los meros relatos vacíos de realidades. En ese compartir día a día, el pueblo lo iba reconociendo en un “nosotros colectivo”, en un arco de sueño social que proponía articular sueños y utopías, en la que podían vivir y dialogar, un arco de sueño social que se va definiendo de camino, al andar. Una Pascua más humana en la que las posibilidades se multiplican.
La multiplicación de los panes, tal vez el gesto más humano, se produce cerca de Tiberíades, un nombre no muy agradable probablemente para Jesús, porque era una localidad que habían creado los romanos para honrar a su emperador, Tiberio. Allí en el corazón donde se asienta el imperio, el mismo que ponía la mano y hacia crecer la pobreza, estaba el carpintero, firme y convencido del lugar en el que tenía que estar y de lo que le tocaba hacer… levantando los ojos, se fijó en esa muchedumbre y preguntó ¿dónde podremos conseguir pan para que coman?, acá hay un chico que tiene una canasta con un pan y unos pescados, dijo uno de sus seguidores…el muchacho vislumbra que en la gente hay una respuesta, está en el pueblo, y Jesús empieza a buscar a partir de ese dato: organiza a la gente y dice, para empezar que se sienten y los agrupen. No hay Pascua sin pueblo y sin respuestas a sus demandas.
El nazareno fue recorriendo y recogiendo experiencias humanas desde la pedagogía del oprimido, pero también de la esperanza, en esas pedagogías Él Maestro va comunicando que la Pascua es una fiesta, pero también es la memoria de la liberación. A lo largo de su andar y de sus luchas con los sistemas, se encuentra finalmente cara a cara con Poncio Pilato, un magistrado que celosamente custodiaba los intereses del imperio romano, ciertamente un personaje que hábilmente y con mucha claridad podría percibir la peligrosidad de un oponente “no encuentro delito alguno en este hombre” expresó. Buscaba un peligro político, pero al frente tenía mucho más que esa preocupación: una humanidad distinta, un proceso pedagógico de humanización que no pudo ver ni entender… la siembra ya estaba hecha.
Crucificaron sus manos y sus pies. En la cruz no le taparon la boca, no era un problema que hablase, las matrices de deshumanización no le temen a los relatos, justificaciones o discursos pomposos, le teme a los que arriesgan sus manos y sus pies por una sociedad más justa y equitativa.

Una iniciativa educativa para democratizar los saberes, en equidad e igualdad, en favor del pueblo.

Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.

La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra” … este fue el mensaje del Papa Francisco el Viernes Santo, entonces si la economía de Dios no mata, no descarta, ¿qué hace la economía neoliberal?, ¿qué espíritu lo mueve? ...cabe el planteo ético social cristiano de ¿se puede ser cristiano y neoliberal?

Presentación del libro del Lic. Diego Ramos, Con la fuerza del cielo. Milei, el Moisés argentino.

El riesgo está en creer que Milei es un fenómeno político; es un fenómeno, pero de otra característica, el fenómeno sociopolítico en realidad lo constituyen los grandes sectores de la sociedad que requieren ser reinterpretados tanto por el oficialismo como la oposición.

Tanto el Éxodo como el Deuteronomio, han sido textos que han sostenido constantemente la lógica de Dios, siempre en defensa de los más vulnerables. La ley de Dios siempre está en defensa de los más débiles.

Vivimos el «sueño» de ser cristianos cuando, en realidad, no pocas veces nuestros intereses, actitudes y estilo de vivir no son los de Jesús.

Para recuperar caminos hacia él necesitamos aprender a callar. A lo más íntimo de la existencia se llega no cuando vivimos agitados y llenos de miedo, sino cuando hacemos silencio.

El paternalismo se hace presente cuando los pobres, al ser los beneficiarios de grandes donaciones, corren el peligro de convertirse en un “objeto de fe” para los benefactores políticos y empresariales, haciendo de este un medio para colmar una espiritualidad individualizada por la posmodernidad, vestida de misión o evangelización.

…su vida casta no se puede negar, por lo que, tampoco, se puede señalar descendencia alguna de ella.

Su pasión por la vida pone al descubierto nuestra superficialidad y convencionalismo. Su amor a los indefensos desenmascara nuestros egoísmos y mediocridad. Su verdad desvela nuestros autoengaños.