
Este año 2025 es extraño. Retrotrae anhelos de pueblo igualitario y fraterno.
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
¡Basta¡ de un pueblo profético que muestra que la dignidad y vida que Dios ha creado no puede despreciarse sin consecuencias, que las personas que forman los pueblos no son números de cálculo para un déficit cero: son imágenes vivientes del Dios de toda justicia.
General - Pastoral Social31/03/2024¡Basta! Para una verdadera Pascua
“En el nombre de Dios”, “con la ayuda de la fuerza del cielo” “y si así no lo hiciere, Dios y la patria me lo demanden” o “que Dios bendiga a este maravilloso pueblo”. Cuantas y tantas maravillosas frases aludiendo al Dios de la vida en boca de quienes van generando expectativas a los pueblos, hablamos de hombres y mujeres que llevan la noble tarea de hacer política; también están los hombre y mujeres de fe que brindan esperanzas desde sus prédicas, pero que sin embargo, muchos de ellos están cargados de silencios frente a los crucificados por los sistemas políticos y económicos.
Mientras tanto muchos juegan a los distraídos y otros más a “pasarse la pelotita” de culpas y responsabilidades, en medio de un escenario donde “la vida reclama” en varios sectores de la sociedad que claman ser bajados de las cruces del hambre, de la falta de salud y de medicamentos, de acceso a la educación y a la justicia; claman para que de una vez por todas se termine de crucificar la gran corrupción que enferma a este país, en un comienzo de semana santa donde el Papa Francisco llamó a “rehabilitar la política” e investigar la corrupción, un ¡Basta! de la complicidad de los poderes del Estado.
Felices Pascuas será el deseo por parte de muchos que hoy cargan responsabilidad de gestión, pero sin importar el espacio o color político, será clave no olvidar que el mensaje de la Buena Nueva de Jesús responde a las expectativas fundamentales del ser humano de hoy, hablamos de mujeres y niños/as, ancianos/as, jóvenes que viven al día, intentando encontrar esperanza frente a tantas estructuras obsoletas o viciosas que desgastan y deshumanizan. El ideal de Jesús no es ni una sociedad de opulencia, ni una sociedad de pobreza, sino de justicia y fraternidad.
Muchas experiencias cargadas de ritos, liturgias y espiritualidad se vivirán durante los días previos al domingo de Pascuas, pero no basta si no se descubre la intencionalidad histórica de Jesús; hablamos de los rostros sufrientes, marginados, expulsados, todos con sus cruces esperando sus Pascuas de liberación.
Queda claro que la sociedad viene exclamando ¡BASTA!, pero no un ¡Basta! suplicante del que llora el castigo, es ese ¡Basta! de la dignidad de los hijos/as de Dios; es el ¡Basta! de Dios al ver el sufrimiento de su pueblo esclavo; el ¡Basta! de los profetas frente a las injusticias de los poderosos; es el ¡Basta! de Jesús frente a los mercaderes del templo y el atropello de la casta sacerdotal y farisea.
Esos ¡Bastas! son, además, una palabra de juicio, son el límite a las arrogancias de los que juegan a ser deidades, es el ¡Basta¡ de un pueblo profético que muestra que la dignidad y vida que Dios ha creado no puede despreciarse sin consecuencias, que las personas que forman los pueblos no son números de cálculo para un déficit cero: son imágenes vivientes del Dios de toda justicia.
No basta con el ¡Basta!, es necesario ponerse de pie, y esto también implica dejar de enredarse en aquellos “pasos” que no nos permiten abrir nuevos caminos para tener una nueva y clara visión, necesitamos abrir las aguas mentales de ese mar rojo para constituir un pueblo libre de aquellas mismas mezquindades e intereses y poder establecer decálogos que sean justos para los pueblos. Resurrección no significa inmortalidad, o continuidad en el más allá, sino transformación de la realidad, no para un después, sino para un presente contra la injusticia y la muerte.
Felices Pascuas de Resurrección.
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra” … este fue el mensaje del Papa Francisco el Viernes Santo, entonces si la economía de Dios no mata, no descarta, ¿qué hace la economía neoliberal?, ¿qué espíritu lo mueve? ...cabe el planteo ético social cristiano de ¿se puede ser cristiano y neoliberal?
Presentación del libro del Lic. Diego Ramos, Con la fuerza del cielo. Milei, el Moisés argentino.
El riesgo está en creer que Milei es un fenómeno político; es un fenómeno, pero de otra característica, el fenómeno sociopolítico en realidad lo constituyen los grandes sectores de la sociedad que requieren ser reinterpretados tanto por el oficialismo como la oposición.
Tanto el Éxodo como el Deuteronomio, han sido textos que han sostenido constantemente la lógica de Dios, siempre en defensa de los más vulnerables. La ley de Dios siempre está en defensa de los más débiles.
“Democracia e imaginación creativa de los pueblos” no es sólo un deseo circunstancial sino un momento propicio teológico-político para reconformar Nación Argentina
"...vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia".
El cristiano está llamado también a vivir sanando esta cultura. No es lo mismo ganar dinero sin escrúpulo alguno que desempeñar honradamente un servicio público, ni es igual dar gritos a favor del terrorismo que defender los derechos de cada persona.
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
Bendecir es aprender a vivir desde una actitud básica de amor a la vida y a las personas. El que bendice vacía su corazón de otras actitudes poco sanas como la agresividad, el miedo, la hostilidad o la indiferencia.
La verdad de Dios genera en nosotros un estilo de vida nuevo, enfrentado al estilo de vida que brota de la mentira y el egoísmo.