
Este año 2025 es extraño. Retrotrae anhelos de pueblo igualitario y fraterno.
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra” … este fue el mensaje del Papa Francisco el Viernes Santo, entonces si la economía de Dios no mata, no descarta, ¿qué hace la economía neoliberal?, ¿qué espíritu lo mueve? ...cabe el planteo ético social cristiano de ¿se puede ser cristiano y neoliberal?
General - Pastoral Social20/04/2025
Muchos referentes y lideres cristianos han sido capaces de pronunciar y denunciar como una gran contradicción que “No se puede ser cristiano y neoliberal” ¿acaso tiene el liberalismo en su espíritu una visión que contradice con ser cristiano y el ser cristiano una visión y misión en las antípodas del neoliberalismo?
Si hiciéramos el ejercicio de mirar al frente a cristianos neoliberales y sentirnos reflejados en ellos, podríamos quedar con la conciencia tranquila, sin inquietarnos demasiado, al fin y al cabo, ambas (cristianismo y neoliberalismo) expresan “salvación” en términos de economía: de un lado la “economía de la salvación” o economía divina como concepto teológico que describe el plan de Dios para la creación y salvación de la humanidad, y del otro lado, las “recetas económicas de salvación” para los pueblos propuestas por el neoliberalismo.
“La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra” … este fue el mensaje del Papa Francisco el Viernes Santo, entonces si la economía de Dios no mata, no descarta, ¿qué hace la economía neoliberal?, ¿qué espíritu lo mueve? Si el neoliberalismo encarna un espíritu opuesto a lo expresado por Francisco, opuesto al mensaje del Evangelio, o al de los antiguos profetas, cabe el planteo ético social cristiano de ¿se puede ser cristiano y neoliberal?
En líneas generales el liberalismo del siglo XIX fue una corriente filosófica, política y económica que promovió la libertad del ser humano. Su igualdad política y jurídica y la búsqueda del progreso material de los pueblos luchaba contra el conservadurismo de aquel entonces que predicaba el dogma de sociedades desiguales y jerárquicas. Dicho esto, bien podríamos imaginar, o creer (como pretenden hacerlo) que el neoliberalismo es algo mucho más perfeccionado y superador que el propio liberalismo, una receta benévola para la felicidad de los pueblos…
Y entonces ¿qué hizo el neoliberalismo? Eliminó por completo la idea de fraternidad política, y lo hace cada vez que ve amenazado su ideario de sociedad de unos pocos. El neoliberalismo tomó del liberalismo la antropología moral centrada en el individuo y del conservadurismo– el deseo de vivir en una sociedad jerárquica y desigual: el resultado está a la vista, cada vez más sociedades individualistas y meritocráticas.
No se puede ser cristiano y neoliberal. Nuestras sociedades que mayoritariamente se profesan cristianas reverencian más a la lógica de la deidad del mercado meritocrático que a la construcción del Reino de justicia y libertad propuesto por el Dios de la vida. La fe sin la contribución de la sensibilidad, de la inteligencia y del “tercer ojo”, como decían los escolásticos, es superstición y no es capaz de sostener una vida.
Que en estas Pascuas renazca la imaginación profética en todo cristiano, especialmente en los referentes de las comunidades de fe; que la tarea de dicho sentido profético sea asumida para propiciar, alimentar y evocar una conciencia y una percepción de la realidad alternativas a las del entorno cultural deshumanizante. Eso sí, no se comprenderá el significado de la imaginación profética a no ser que se logre captar la conexión entre la religión del triunfalismo estático y la política de explotación y opresión.
El punto a considerar por la imaginación profética es que no existe libertad de Dios sin una política de justicia y compasión, y que no hay política de justicia y compasión posible sin una religión de la libertad de Dios. “No se puede ser cristiano y neoliberal”, pues la crítica profética-en su sentido ético social cristiano- consiste en movilizar al pueblo para que tome conciencia de su auténtica e incesante aflicción y enseñarles a apartarse de quienes, aun oyendo sus quejas, son incapaces de escucharlas y solo reaccionan con la indiferencia.
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
Presentación del libro del Lic. Diego Ramos, Con la fuerza del cielo. Milei, el Moisés argentino.
El riesgo está en creer que Milei es un fenómeno político; es un fenómeno, pero de otra característica, el fenómeno sociopolítico en realidad lo constituyen los grandes sectores de la sociedad que requieren ser reinterpretados tanto por el oficialismo como la oposición.
Tanto el Éxodo como el Deuteronomio, han sido textos que han sostenido constantemente la lógica de Dios, siempre en defensa de los más vulnerables. La ley de Dios siempre está en defensa de los más débiles.
¡Basta¡ de un pueblo profético que muestra que la dignidad y vida que Dios ha creado no puede despreciarse sin consecuencias, que las personas que forman los pueblos no son números de cálculo para un déficit cero: son imágenes vivientes del Dios de toda justicia.
“Democracia e imaginación creativa de los pueblos” no es sólo un deseo circunstancial sino un momento propicio teológico-político para reconformar Nación Argentina
El riesgo está en que las sociedades queden entrampadas en un mesiánico debate exclusivo del campo religioso, desechando el campo político, es decir dejando de un lado las luchas por las conquistas de los derechos políticos, económicos y culturales.
Según Jesús, solo hay una manera de «ser humano»... ven al necesitado...como el samaritano, que camina por la vida con los ojos y el corazón bien abiertos para detenerse ante quien puede necesitar su ayuda.
Las vacaciones se convierten en gracia. Tal vez una de las mayores gracias que podemos recibir en medio de nuestra vida tan agitada y nerviosa.
...solo la podemos rezar si vivimos con su Espíritu.
El ser humano no es solo un animal hambriento de placer y bienestar. Está hecho también para cultivar el espíritu, conocer la amistad, experimentar el misterio de lo trascendente, agradecer la vida, vivir la solidaridad.