"En esto conocerán que son mis discípulos, si se aman unos a otros"

Mónica como James Martín SJ, nos señalan un camino novedoso desde el servicio, haciendo presente al Dios misericordioso, tejiendo puentes entre la comunidad  LGTB+ y la Iglesia, sosteniendo el propósito cristiano de formar comunidad, donde se pueda señalar, "mira como se aman" (Hechos de los Apóstoles).

General - Comunidades Eclesiales11/10/2024 Rubén Oscar Valdez
Hna, Mónica

"Hoy recibí el decreto del Vaticano por el cual me informan que fue aceptada mi solicitud de desvinculación de la orden de Carmelitas Descalzas. Aun habiendo estado a la espera de su llegada, no puedo negar que mi corazón se siente roto y sangrante"; así lo comunica Mónica Nancy Astorga, una mujer consagrada que asumió una labor pastoral única, reconocida por el Papa Francisco. 

Su declaración por redes sociales, desnudan un padecimiento  intra eclesial, que subsisten y niegan el mensaje evangélico. La pretensión de homogeneizar la inspiración divina, la actuación del Espíritu Santo, queriendo reducir el cristianismo a disposiciones eclesiales, sin contemplar al maestro: Jesús.

Señala, la Hna. Mónica: "No formó ni formará parte de mi deseo ni voluntad dispensar mis votos como Consagrada a Jesús. Pero fueron cuatro años dolorosos, en los que viví la traición tanto de las Hermanas que vivían conmigo en el Monasterio como del actual Obispo. Sin lograr esconder su desprecio hacia ciertos grupos sociales, opusieron con vehemencia múltiples obstáculos y dolorosas espinas para intentar apartarme de la vida religiosa. Pusieron en cruel cuestionamiento el sentido de pertenencia para con el espíritu del Carmelo que tuvieron todos los acompañamientos que durante tantos años he realizado para personas enfermas, en situación de plena pobreza, personas privadas de la libertad y especialmente personas trans".

Los carismas personales son "gracias de Dios", que en su infinita bondad, nos regala para poner al servicio  de nuestros hermanos, en preferencia por los más pobres, o como señala desde su ministerio pastoral nuestro Papa, "los descartados sociales". 

Mónica como James Martín SJ, nos señalan un camino novedoso desde el servicio, haciendo presente al Dios misericordioso, tejiendo puentes entre la comunidad  LGTB+ y la Iglesia, sosteniendo el propósito cristiano de formar comunidad, donde se pueda señalar, "mira como se aman" (Hechos de los Apóstoles).

"Dejé temporalmente Neuquén luego de esa primera embestida a mi corazón entre gallos y medianoche, para trasladarme al Monasterio de la ciudad de Córdoba. Este fue el lugar donde busqué acompañamiento para reconstruir la fortaleza de mi corazón. De todos modos, pasó un corto tiempo hasta que volví a recibir golpes similares, esta vez con menos velos que pudieran disfrazar el enjuiciamiento moral hacia mi entrega religiosa, a la que denominaban como un "reduccionismo arbitrario” del carisma Teresiano en la asistencia y acompañamiento a las personas trans"; esta experiencia dolorosa que vivió Mónica se asemeja a muchos santos incomprendidos.

Expresiones inmisericordes, punzantes, violentos, señalan una homofobia, que en la iglesia debería desterrarse: "Basta con las Trans", "Ya llenaste toda la estantería con las Trans", "Esto no es una Casita Trans", "A vos ya te cortaron la cabeza", recibió Mónica de sus hermanos y hermanas en la fe. 

Continua la Hna. Mónica un relato lleno de dolor, "sucedieron muchos más hechos dolorosos al salir del Monasterio, mientras tomé un tiempo, esta vez en Buenos Aires, para intentar sanar y reponerme de tantas heridas. Estoy aún elaborando muchas cosas, con el objetivo de poder contar mi historia".

Mientras tanto, nos dice: "e incluso en días como hoy, cuando llega esta noticia, sigo convencida de que la Casa de Dios, junto al tiempo y las manos de quienes consagramos nuestra vida a Él, deben accionar siempre en armonía y concordancia con la lógica del Evangelio, de su palabra y de su Amor, abrazando a las personas descartadas, rechazadas y abandonadas por el mundo".

Reafirma el llamado de Dios, la Hna. Mónica Nancy Astorga, y muchas cristianos, maduros en la fe, no  nos escandalizamos, y acompañamos a muchos seguidores de Jesús, el único maestro, reafirmando la misión de hacer un mundo mejor, donde todos seamos parte. "En medio de mi dolor frente a esta herida que aún no termina de sanar, siento la conciencia en paz y hoy solo quiero decirles que nunca me arrepentiré de haber caminado junto a la gente marginada que se fue presentando en mi camino. Sobre todo, jamás lamentaré los casi 20 años que acompañé, acompaño y seguiré acompañando a mis queridas mujeres trans y a todo el colectivo LGBT+".

Finalmente, damos gracias a Dios, y a Mónica, porque su comunión nos comparte diciéndonos: "Mis votos siguen y seguirán intactos frente a ese Dios que les ama con absoluta predilección. Dios les bendiga".

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