
...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.
El vino nuevo requiere odres nuevos. Una mirada rica y profunda de la iglesia de María Luisa Berzosa FI.
General - Comunidades Eclesiales11/11/2020
Magis Comunicación
En una entrevista que le realizaron a María Luisa Berzosa, religiosa. miembro de la Congregación Hijas de Jesús, por el Grupo Factor Franscisco; ésta compartió la mirada de la iglesia, desde adentro, como consultora de la Secretaría General del Sinodo de Obispos. A ésta escueta expresión, pueden leer completa la entrevista.
El espíritu sinodal, resulta urgente, podríamos decir, que la institución "Iglesia", en su vocación y misión esta en riezgo, si la participación, el caminar juntos, no se pone de manifiesto.
Berzosa dice: "desde que estuve presente en los dos últimos dos Sínodos que convocó el Papa Francisco, el tema de la sinodalidad me viene rondando. La etimología me gusta mucho. “Sínodo” significa “hacer camino juntos”. Esta idea, llevada hasta sus últimas consecuencias, puede cambiar mucho a la Iglesia".
El Papa Francisco promueve sinodos del Pueblo de Dios, augura el camino fraterno; pensar los cambios que se reclaman muchas veces a la iglesia, requiere la dificil tarea de abrir las iglesias, constituyendose en "hospitales de campaña", para todos y todas, conjugando espiritualidad y vida.
El Espíritu Santo recorre como "el consolador", propiciando un ánimo novedoso en la iglesia, las palabras de Francisco, convocan a renovarnos, pero requiere una actitud de apertura, una iglesia de puertas abiertas, donde todos sean partícipes de una renovación oportuna y pertinente. La última Encíclica , Fratelli Tutti, supone un trabajo ad intra y ad extra, de los muros eclesiales. La fraternidad debe ser primero vivida, testimoniada, luego reclamada como tarea y anhelo de la sociedad.
Cuántos Obispos, Padres y Pastores, convocaron a sinodos en nuestras diocésis? Cuáles son las temáticas a reflexionar? Quiénes son los convocados a ser partícipes? Que metodologías se aplicarán?
Si las respuestas no están, es que el espíritu sinodal falta recrearlo.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Esta parábola es la crítica más implacable de Jesús a la indiferencia ante el sufrimiento del hermano.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.