
...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.
"Una producción para el trabajo con catequistas, pastoralistas, teólogos y antropólogos sociales, donde la religiosidad popular muestra sus riquezas"
General - Comunidades Eclesiales12/07/2022
Magis Comunicación
Se estreno la película Camino a Mailín, en el Cine Renzi de la Ciudad de La Banda, dirigida por Ana Basualdo, coproducida por Facundo Tai Cardozo e Ignacio Klyver. Los protagonistas son "peregrinos", integrantes de un grupo de personas sencillas, que validan su fe, en el acto de recorrer los 147 km, distancia que caminan año a año, desde la Ciudad de Santiago del Estero a la Villa Mailín.
La directora, en imágenes y sonidos nos permite descubrir un libreto existencial de personas devotas del Señor de los Milagros de Mailin. Con gestos auténticos y profundos, con palabras encarnadas, nos muestran, una religiosidad popular que resignifica, en "la peregrinacion", el dolor asumido en la cruz, que nos acerca a la pascua celestial.
Sin una voz en off, hay que destacarlo, uno construye un relato que puede resultar "heroico" en el inicio, pero, lo magistral de Ana Basualdo, es llevarnos a una "parada" dolorosa que nos permite visualizar como una fe, podriamos decir, rudimentaria, pero que enaltece la vida por sobre la muerte. Esta fe, rica y profunda, ha llegado a "canonizar" a Jesi, haciendola inmortal, a pesar del corto caminar por la vida de los integrantes del grupo de peregrinos, así también, junto a su madre, Olga Castillo.
Podría haber resultado acotado contar la añeja noticia, la muerte de pereqrinos atropellados por un camión, sin este camino a Mailin, el libreto se enriqueció, los protagonistas enaltecidos, en los llantos que denotan alegria y dolor, la tormenta providente, signó las expresivas lágrimas, manifestación de las penas e injusticias vividas como comunidad, en nuestro caminar diario, "en este valle de lagrimas".
Un canto en el templo a oscuras, cierra una catequesis certera, que nos invita a tocar al hermanos para que sea bendecido... Gracias Ana! por acercarnos a Olga, al Grupo de Peregrinos Jesi, para seamos bendecidos por ellos y en ellos, animándonos caminar nuestras vida con sentido. Por la gracias de Dios!!

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Esta parábola es la crítica más implacable de Jesús a la indiferencia ante el sufrimiento del hermano.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.