
...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.
El Evangelio no es solo ni sobre todo una doctrina...lo importante es contar con testigos en cuya vida se pueda percibir la fuerza humanizadora que encierra la persona de Jesús cuando es acogida de manera responsable.
General - Comunidades Eclesiales05/07/2025
José Antonio Pagola
CON MEDIOS POBRES
Con frecuencia entendemos el acto evangelizador de manera excesivamente doctrinal. Llevar el Evangelio sería dar a conocer la doctrina de Jesús a quienes todavía no la conocen o la conocen de manera insuficiente.
Si entendemos las cosas así, las consecuencias son evidentes. Necesitaremos antes que nada «medios de poder» con los que asegurar la propagación de nuestro mensaje frente a otras ideologías, modas y corrientes de opinión.
Además serán necesarios cristianos bien formados, que conozcan bien la doctrina y sean capaces de transmitirla de manera persuasiva y convincente. Necesitaremos también estructuras, técnicas y pedagogías adecuadas para propagar el mensaje cristiano.
En definitiva, será importante el número de personas preparadas que, con los mejores medios, lleguen a convencer al mayor número de personas. Todo esto es muy razonable y encierra, sin duda, grandes valores. Pero, cuando se ahonda un poco en la actuación de Jesús y en su acción evangelizadora, las cosas cambian bastante.
El Evangelio no es solo ni sobre todo una doctrina. El Evangelio es la persona de Jesús: la experiencia humanizadora, salvadora, liberadora que comenzó con él. Por eso evangelizar no es solo propagar una doctrina, sino hacer presente en el corazón mismo de la sociedad y de la vida la fuerza salvadora de la persona de Jesucristo. Y esto no se puede hacer de cualquier manera.
Para hacer presente esa experiencia liberadora, los medios más adecuados no son los de poder, sino los medios pobres de los que se sirvió el mismo Jesús: amor solidario a los más abandonados, acogida a cada persona, ofrecimiento del perdón de Dios, creación de una comunidad fraterna, defensa de los últimos...
Entonces, lo importante es contar con testigos en cuya vida se pueda percibir la fuerza humanizadora que encierra la persona de Jesús cuando es acogida de manera responsable. La formación doctrinal es importante, pero solo cuando alimenta una vida más evangélica.
El testimonio tiene primacía absoluta. Las estructuras son necesarias precisamente para sostener la vida y el testimonio de los seguidores de Jesús. Por eso lo más importante no es tampoco el número, sino la calidad de vida evangélica que puede irradiar una comunidad.
Quizá debamos escuchar con más atención las palabras de Jesús a sus enviados: «No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias». Llevad con vosotros mi Espíritu.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Esta parábola es la crítica más implacable de Jesús a la indiferencia ante el sufrimiento del hermano.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.