
...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.
"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",
General - Comunidades Eclesiales18/10/2025
Magis Comunicación
El Secretariado Nacional para la Pastoral Familiar, perteneciente a la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos, la Familia y la Juventud (Cevilaf), dirigió un mensaje a las familias argentinas en el que, frente a los tiempos complejos que atraviesa el país, las invita a mantener viva la esperanza y a renovar los lazos de solidaridad.
El mensaje cita al papa Francisco, quien recuerda que "la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna". En esa línea, el Secretariado anima a no resignarse y a seguir confiando en el poder transformador del amor familiar.
"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos", expresa el mensaje, y subraya que en un contexto de desigualdad y falta de oportunidades, es fundamental "no dejar a nadie solo".
También se recuerda un mensaje del papa León XIV durante el Jubileo de las Familias: "Que la fe, la esperanza y la caridad crezcan siempre en nuestras familias. Estoy contento de acoger a tantos niños, que reavivan nuestra esperanza. Saludo a todas las familias, pequeñas iglesias domésticas, en las que el Evangelio es acogido y transmitido."
El texto destaca que la solidaridad debe traducirse en gestos concretos: "Es tender la mano al vecino, compartir lo que tenemos, mirar al otro con compasión y dignidad". Retoma otra enseñanza del papa Francisco, pronunciada en tiempos de pandemia: "Todos estamos vinculados, los unos con los otros; nadie se salva solo".
Finalmente, el mensaje se dirige especialmente "a las madres, padres, abuelos, jóvenes, niñas y niños", alentándolos a no perder la fe: "Que cada mesa compartida, cada abrazo sincero, cada esfuerzo cotidiano sea semilla de esperanza. Que el amor que nace en el hogar se multiplique en la sociedad".
"Que Jesús, María y José, la Sagrada Familia de Nazaret, nos acompañen en este camino de amor y solidaridad", concluye el documento.
Texto completo: https://episcopado.org/assetsweb/cont/4701/mensaje_a_las_familias_de_la_argentina_2025.pdf

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Esta parábola es la crítica más implacable de Jesús a la indiferencia ante el sufrimiento del hermano.

Si uno vive subyugado por el Dinero, pensando solo en acumular bienes, no puede servir a ese Dios que quiere una vida más justa y digna para todos, empezando por los últimos.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.