
...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.
Beata María Antonia de San José
General - Comunidades Eclesiales20/10/2020 Magis Comunicación
La dignidad de la mujer fue enaltecida en MAMA ANTULA, no tan sólo en las funciones vinculadas culturalmente a la mujer-madre, sino en representar la imagen de lo femenino de la divinidad, Dios-Madre.
Su amor a Dios y sus hermanos los pobres, con paciencia y una sentida co-responsabilidad en la misión de la iglesia, sobresaltan su entrega al ministerio laical.
Su actitud misionera y emancipadora, en su peregrinar derribó barreras sociales, dedicándose a los necesitados, los excluidos, los presos y las prostitutas. Así también, en su relación con el poder político y religioso, abrió caminos únicos, ya que los varones eran los que tenían relación con los poderes y cumplían roles de poder.
Todo lo hizo sin dejar de lado lo femenino, su estilo de vida laical, con fuerte sentido del apostolado. MAMA ANTULA, es un verdadero ícono de mujer laica, misionera y emancipadora.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Esta parábola es la crítica más implacable de Jesús a la indiferencia ante el sufrimiento del hermano.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.