
Ser como él: pan que se deja comer por la necesidad de la gente
En el evangelio de hoy el niño se comportó como Jesús, habiendo podido mirar para el costado, o guardarse algo para sí, lo puso en común, alcanzó y sobró.
En el evangelio de hoy el niño se comportó como Jesús, habiendo podido mirar para el costado, o guardarse algo para sí, lo puso en común, alcanzó y sobró.
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
Bendecir es aprender a vivir desde una actitud básica de amor a la vida y a las personas. El que bendice vacía su corazón de otras actitudes poco sanas como la agresividad, el miedo, la hostilidad o la indiferencia.
La verdad de Dios genera en nosotros un estilo de vida nuevo, enfrentado al estilo de vida que brota de la mentira y el egoísmo.
El misterio de Dios consiste, pues, en dar y también en recibir amor. En Dios, dejarse amar no es menos que amar. ¡Recibir amor es también divino!
No somos fieles a Jesús; si vivimos de espaldas a los hambrientos, a nuestras comidas eucarísticas les falta su sensibilidad y su horizonte, les falta su compasión.