
Personas humildes, como la viuda del evangelio, aportan más a la humanización de nuestra sociedad.
La grandeza de una vida se mide por la capacidad de servir y ayudar a otros a vivir de manera más humana.

La grandeza de una vida se mide por la capacidad de servir y ayudar a otros a vivir de manera más humana.

...ser felices dándolo todo cada día, ubicándonos del lado de los que no son tenidos en cuenta, de los que sobran o están invisibilizados, sin esperar aprobaciones ni aplausos, sino sostenidos por la mirada llena de ternura de nuestro Dios que mira en lo secreto y al corazón.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.