
Jesús nos abre el corazón, la inteligencia, los sentidos, para reconocerlo a nuestro lado
Jesús es el que se hace presente en medio de la noche de dudas de sus discípulos e insiste, una y otra vez, en vencer sus resistencias a creer, iluminándolos.
Jesús es el que se hace presente en medio de la noche de dudas de sus discípulos e insiste, una y otra vez, en vencer sus resistencias a creer, iluminándolos.
El cristiano está llamado también a vivir sanando esta cultura. No es lo mismo ganar dinero sin escrúpulo alguno que desempeñar honradamente un servicio público, ni es igual dar gritos a favor del terrorismo que defender los derechos de cada persona.
Sólo un amor comprometido como fuerza lógica y mancomunada puede contrarrestar la sin-razón de un proyecto odio-violencia.
Bendecir es aprender a vivir desde una actitud básica de amor a la vida y a las personas. El que bendice vacía su corazón de otras actitudes poco sanas como la agresividad, el miedo, la hostilidad o la indiferencia.
La verdad de Dios genera en nosotros un estilo de vida nuevo, enfrentado al estilo de vida que brota de la mentira y el egoísmo.
El misterio de Dios consiste, pues, en dar y también en recibir amor. En Dios, dejarse amar no es menos que amar. ¡Recibir amor es también divino!