
Hay lugar cierto para el amor político. Hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que levantan y rehabilitan al caído para que el bien sea común.
Vivir una Cuaresma de caridad quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID-19.
Mundo - Vaticano16/02/2021 Magis ComunicaciónQueridos hermanos y hermanas; nos dice el Papa Francisco: "cada etapa de la vida es un tiempo para creer, esperar y amar. Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre".
Un tiempo cuaresmal, que es tiempo propicio para la conversión personal, asumiendo nuestra fragilidad, dando espacio en nuestros corazones a Jesús, quien viene a saciarnos. Es por ello, que la práctica del ayuno, resulta un ejercicio urgente. "El ayuno vivido como experiencia de privación, quien ayuna se hace pobre con los pobres y “acumula” la riqueza del amor recibido y compartido". Agrega Francisco, "ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones —verdaderas o falsas— y productos de consumo".
Una conversión signada por las virtudes teologales, es el contenido del Mensaje del Papa Francisco para esta cuaresma, la fe nos llama a acoger la Verdad y a ser testigos, ante Dios y ante nuestros hermanos y hermanas; la esperanza como “agua viva” que nos permite continuar nuestro camino y a caridad, vivida tras las huellas de Cristo, mostrando atención y compasión por cada persona, es la expresión más alta de nuestra fe y nuestra esperanza,
La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros. El tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios. Es esperanza en la reconciliación. La caridad es don que da sentido a nuestra vida y gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo necesario como un miembro de nuestra familia, amigo, hermano. Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad.
Hay lugar cierto para el amor político. Hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que levantan y rehabilitan al caído para que el bien sea común.
“albergar esperanza” connota el gesto conjunto y solidario de “apertrecharse” en los desafíos del actual Santiago. Unirse bajo amenaza y con claridad de objetivo.
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"Nada extraño, si a ti, que has querido volver al evangelio, se te ataca en nombre del evangelio"
Muere del Papa Emérito Benedicto XVI
El Papa sigue proponiendo una visión sobre cómo hacer comunicación, añadiendo un punto de reflexión: desmontar la ‘psicosis bélica’ que se anida en nuestros corazones.
Para adorar el misterio de un «Dios crucificado» no basta celebrar la Semana Santa; es necesario además acercarnos más a los crucificados, semana tras semana.
Dejemos que Jesús camine esta semana santa junto a nosotros, hagamos que nuestra Jerusalén se transforme en espacio de Salvació.
La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra” … este fue el mensaje del Papa Francisco el Viernes Santo, entonces si la economía de Dios no mata, no descarta, ¿qué hace la economía neoliberal?, ¿qué espíritu lo mueve? ...cabe el planteo ético social cristiano de ¿se puede ser cristiano y neoliberal?
Hay lugar cierto para el amor político. Hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que levantan y rehabilitan al caído para que el bien sea común.
Los pequeños abusos que podamos padecer, las injusticias, rechazos o incomprensiones que podamos sufrir, son heridas que un día cicatrizarán para siempre. Hemos de aprender a mirar con más fe las cicatrices del Resucitado.