
"...vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia".
“albergar esperanza” connota el gesto conjunto y solidario de “apertrecharse” en los desafíos del actual Santiago. Unirse bajo amenaza y con claridad de objetivo.
Mundo - Vaticano16/03/2025Santiago del Estero, bajo el ideario de federalismo y autonomía, no queda exento de los agresivos e inescrupulosos manotazos de un gobierno nacional.
Advertir tales situaciones amenazantes requiere develar las grandes mentiras manipuladoras de realidades. Sobre todo, aquellas nuevas formas de colonización cultural donde encuadres teórico-prácticos licuan la conciencia histórica y vacían expresiones de la sana democracia como libertad, justicia, participación e inclusión (Cf. Francisco). Axiomas vigorosos de otrora desplazados por manías imitativas, violencias impositivas, negligencias institucionales; y, sobre todo, con una imperdonable apatía popular.
Tolerar todo ello, sin más, es ceder la memoria de luchas y triunfos en el camino santiagueño andado: «No somos más ni menos que ninguno» (Gob. Zamora). Un grave riesgo que podría enajenar el sustrato espiritual de solidaridad, la consistencia ética de la justicia para los pobres y, finalmente, la independencia económica y política. (Cf. Francisco. Fratelli Tutti).
Sostenerse en esperanza activa es el camino. Ello “no significa ser un optimista ingenuo que ignora el drama del mal. La esperanza es la virtud de un corazón que no se encierra en la oscuridad, que no se estanca en el pasado, que no va tirando en el presente, sino que sabe mirar el mañana con lucidez” (Francisco, Esperanza. La Autobiografía. Argentina 2025).
Entonces, “albergar esperanza” connota el gesto conjunto y solidario de “apertrecharse” en los desafíos del actual Santiago. Unirse bajo amenaza y con claridad de objetivo.
Desenmantelar las mentiras mediáticas es un paso y desmitificar las caducas recetas liberales de bondades sería otro; sin embargo, con ello no basta. La conciencia como clarividencia política, requiere marcar huellas de militancia protagónica en la construcción de un tiempo nuevo para todos/as.
Tal vez como testimonio reciente, el Papa Francisco invita a “caminar en esperanza” convencido que así se sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna (Cf. Bula Pontificia 2025. Spes non confundit).
"...vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia".
Actualizaste y tradujiste el Evangelio de nuestro Señor al lenguaje de los nuevos tiempos.
Es esta alegría la que debe caracterizar nuestro modo de proceder para que sea eclesial, inculturado, pobre, servicial, libre de toda ambición mundana".
Hay lugar cierto para el amor político. Hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que levantan y rehabilitan al caído para que el bien sea común.
La Iglesia Primada de la Argentina celebra por el cardenal Mons. Vicente Bokalic Iglic,
"Nada extraño, si a ti, que has querido volver al evangelio, se te ataca en nombre del evangelio"
Las vacaciones se convierten en gracia. Tal vez una de las mayores gracias que podemos recibir en medio de nuestra vida tan agitada y nerviosa.
...solo la podemos rezar si vivimos con su Espíritu.
El ser humano no es solo un animal hambriento de placer y bienestar. Está hecho también para cultivar el espíritu, conocer la amistad, experimentar el misterio de lo trascendente, agradecer la vida, vivir la solidaridad.
Jesús habla de la vigilancia. Se puede decir que entiende la fe como una actitud vigilante que nos libera del sinsentido que domina a muchos hombres y mujeres, que caminan por la vida sin meta ni objetivo alguno.
El gran pecado de los seguidores de Jesús será siempre dejar que el fuego se apague: sustituir el ardor del amor por la doctrina religiosa, el orden o el cuidado del culto; reducir el cristianismo a una abstracción revestida de ideología; dejar que se pierda su poder transformador.