
...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.
Un reconocimiento a la Santa Mama Antula, hija predilecta de la Madre de Ciudades, Santiago del Estero, en el antiguo Barrio de Las Catalinas.
General - Comunidades Eclesiales16/03/2024
Magis Comunicación
El Convento Santo Domingo y la Fundación Mama Antula, realizarán un homenaje a la Santa María Antonia de San José (Mama Antula), este sábado 16 de marzo a las 21.30 hs, luego de la Celebración Eucarística, en la Iglesia Santo Domingo; con la actuación del Coro Polifónico del Centro Cultural del Bicentenario, dirigido por el Prof. Eduardo Bucci.
Se interpretará obras de Tomás Luis de Victoria, Matyas Seiber, Pergolesi, Fauré, entre otros. Tendrá la participación especial de las solistas: Verónica Lobo, Lilian Villalba y Fernanda Pérez.
Este homenaje desea ser un reconocimiento a la Santa Mama Antula, hija predilecta de la Madre de Ciudades, Santiago del Estero, en el antiguo Barrio de Las Catalinas, nombre dado porque en la vecindad se destacaba el Seminario Santa Catalina de Siena, según últimos descubrimientos, una vivienda de María Antonia de Paz y Figueroa, se encontraba allí. Es por ello, que el homenaje se realizará en el espacio que poseía la Compañía de Jesús, los jesuitas, hasta su expulsión, hoy, Iglesia de Santo Domingo.
En el Templo actual, se erige la Capilla santiagueña, presidida por un busto de la querida Mama Antula, donde se destaca “La sábana Santa”, reliquia que desde hace varios siglos nos señala el padecimiento de Jesucristo, para la salvación de toda la humanidad; así también, el Amo Jesús, con corona pontificia, y la Inmaculada Concepción. Los jesuitas, supieron catequizar desde estas imágenes, propiciando la contemplación del acto de amor generoso de Dios, nuestro Señor.
Se invita a la comunidad en general, a ser partícipes de este homenaje, en reconocimiento de una santiagueña que nos permite sentirnos orgullosos, de vivir la santiagueñidad plena, siendo profetas en nuestra tierra.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Esta parábola es la crítica más implacable de Jesús a la indiferencia ante el sufrimiento del hermano.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.