
Conjugar: servicio y retiro, misión y oración, acción y enseñanza.
Nuestra misión es dar fruto, pero ese fruto no se logra sino permaneciendo en Él, estando con él, en su amor.

Nuestra misión es dar fruto, pero ese fruto no se logra sino permaneciendo en Él, estando con él, en su amor.

Porque siempre aparecerán en la misión los vendavales de las fuerzas enemigas que se oponen a la buena noticia de Jesús (“silencio, cierra la boca”, dice Él). A todas y a todos esta pandemia nos está haciendo remar más de lo impensado.

Jesús sigue asistiendo a su Iglesia, a cada una de sus discípulas y discípulos, asistiéndolos con el Espíritu para continuar su misión.

¡Es increíble! Las ovejas -¡vos y yo!-, nosotros, valemos la iniciativa amorosa del Padre, de enviarnos a Jesús, nuestro buen Pastor, quien llega al cúlmen del amor entregando su vida por nosotros.

La fe, cuyo centro es la Pascua, es la que nos hace reconocer la acción sorprendente de Dios en nuestras historias.

...nada hay más urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Para vivir de manera agradecida es necesario reconocer la vida como buena; mirar el mundo con amor y simpatía; limpiar la mirada cargada de negativismo, pesimismo o indiferencia para apreciar lo que hay de bueno, hermoso y admirable en las personas y en las cosas.

"La familia es el primer espacio de contención, de escucha, de ternura. Es allí donde aprendemos a compartir, a cuidar, a resistir juntos",

Los pobres no están abandonados a su suerte. Dios no es sordo a sus gritos. Está permitida la esperanza. Su intervención final es segura.

...cuando se vean rechazados por la sociedad, sapan que Dios los acoge; cuando nadie les perdone su indignidad, sientan el perdón inagotable de Dios. No lo merecen. No lo merecemos nadie. Pero Dios es así: amor y perdón.